He aquí uno de mis últimos poemas, publicado hace poco por la revista virtual La Casa Azulada. Pido a los lectores que "se vuelvan locos" por un momento, y que se imaginen, si es posible, unas tijeras, y sobre la hoja de papel lista para ser cortada, algunas partes denuestra querida anatomía; para ser más precisos, piensen en, por ejemplo, la cabeza o las piernas...

      

la cabeza o las piernas
e de oído
(abierta resonancia
de lo por intuir(

e colmado epitafio
de afloraciones
nunca vistas
sobre plano-blanco horizonte,
y la letra, letra a letra
vibra

entre los ices y deslicez
del manuscrito

e s critura, criatura o diosa
mirada plana que tensa
una red 
imaginaria – imago in alias, sobre los signos -
demasiado compacta, adjetivable
apuntalada a sí
porque no sesos tiene
porque no es posible ahora pensar literalmente
sino a puntazos de aguja

una aguda pinchada (un par de agujeros)
pero ínfima
como si le cosiéramos 
a alguien que somos
la cabeza
o las piernas

tras la caída,
tras el accidente;

escritura un crispar de manos ante los dientes-ojos
incautos que descuidan
importancias del danzar

caracter tras carácter
por reiterar ese de espacio salto al vacío
las uniones y desunidas, el intercambio 
y mistura y mistura
de los trazos
que parten y reparten,  
socavan 
dinamitan
(algunos agujeros en el plano)

amordazan confiscan confunden, 
y con funden 
las ideas permanecen: 
)el ojo evento, 
muerde

como si (cosiéramos
la cabeza) o las piernas)

como si cosiéramos
cosiéramos, cosiéramos,